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Es de fuertes ser vulnerable. Pero es de sabios saber con quien.

Es de fuertes ser vulnerable. Pero es de sabios saber con quien.

El Poder de ser vulnerable. Brené Brown © 2013, 2016 by Ediciones Urano, S.A.U.

Ésta es la paradoja: la vulnerabilidad es lo último que quiero que veas en mí, pero lo primero que busco en ti.

Hace tiempo que en lo personal estoy trabajando en mi el coraje, la valentía, el animarme concretar aquello que me gustaría que me pase.

En ese proceso, muchas veces me he encontrado con el dilema de preguntarme, ¿Para qué te propones hacer eso si tanto miedo y tanta vergüenza te genera? Es un pregunta difícil de responder, porque pareciera que hubieran dos personas dentro mío, una que me pulsa a hacer cosas que me exponen y la otra que se pregunta con qué necesidad hacer eso?

Esto me ha pasado en varias oportunidades de mi vida, porque vengo dando saltos de fe, o dicho de otro modo, pateando tableros para iniciar una y otra vez, con el riesgo que eso implica y con la resignación permanente a permanecer en las zonas seguras o de confort. ¿Para qué? ¿Para que provocarme a mi misma esa incomodidad?

 

La frase atreverse a arriesgarse que pertenece al discurso de Theodore Roosevelt «El hombre en el ruedo» me ha dado algunas pistas sobre este comportamiento.

No es el hombre crítico el que importa, ni el que se fija en los tropiezos del hombre fuerte, ni en qué ocasiones el autor de los hechos podía haberlo hecho mejor. El mérito es del hombre que está en el ruedo, con el rostro cubierto de polvo, sudor y sangre; del que lucha valientemente; del que yerra; del que fracasa una y otra vez, porque no hay intento sin error ni fallo; del que realmente se esfuerza por actuar; del que siente grandes entusiasmos, grandes devociones; del que se entrega a una causa digna; del que, en el mejor de los casos, acaba conociendo el triunfo inherente a un gran logro, y del que, en el peor de los casos, si fracasa, al menos habrá fracasado tras haberse atrevido a arriesgarse con todas sus fuerzas [...]

Atreverse a arriesgar. Ahí esta. Yo me la he pasado pidiendo a la vida coraje y valentía. Claramente no me iba a llegar como un paquete de compra online. La vida me puso peligros para superar. Me puso dilemas para tener que decidir. Me puso desafíos en los que me tuve que exponer. Me puso personas que me han dañado psicológicamente, para que finalmente pueda crear discernimiento si podía confiar o no. Me puso una y otra vez en completa vulnerabilidad.

Ser vulnerables nos ayuda para crear fuertes vínculos interpersonales, porque realmente ese sentir nos deja completamente al cobijo del otro. Somos vulnerables necesariamente con la presencia de un otro, es una emoción que nos predispone o nos inhibe a la conexión humana, aunque no excluye que seamos vulnerables en la intimidad de nuestras reflexiones privadas.

La vulnerabilidad en este contexto implica compartir los sentimientos, preocupaciones o inseguridades con otras personas, lo que puede fortalecer las relaciones y construir una conexión más profunda al mostrar nuestro lado más auténtico y genuino que puede ayudar a crear mas conexión.

Para ser vulnerables, podemos asumir la responsabilidad de cubrir nuestra necesidad de autocuidado y crear primero contextos seguros y personas en quien podamos confiar para abrirnos con ellos. Podemos garantizarnos a nosotros mismos ese pequeño espacios de cuidado para rendirnos ante la inseguridad que dejaremos aparecer ante otros. Ser vulnerable es de fuertes, pero saber con quien es de sabios. Cuídate. 

 

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Por Lic. Sofia Riccio. Coach y Neurodecodificadora laboral y organizacional

El Poder de ser vulnerable. Brené Brown © 2013, 2016 by Ediciones Urano, S.A.U.

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